Con machete en mano, azadones, palas y sobre todo con el ánimo de proteger la belleza natural de Cristo Rey, hombres, mujeres y niños suben cada ocho días para trabajar en el mantenimiento y embellecimiento del emblemático lugar.Los ciudadanos lo hacen liderados por funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente e integrantes de la organización no gubernamental Cabildo Verde.El profesor Nelson Vivas, integrante de Cabildo Verde, recuerda como la concha acústica fue testigo de grandes eventos internacionales como el Grupo Niche, los Alfa Ocho, entre otras orquestas, pero que desde hace mucho tiempo quedó en el olvido.“En los últimos tres años empezamos y retomamos nuevamente la iniciativa para embellecer este significativo lugar. Ha sido una labor incesante de la Administración municipal, liderada por la Secretaría de Medio Ambiente, pero necesitamos muchas más manos que estén dispuestos a trabajar”, precisó el ambientalista.Asimismo, el profesor rememoró que el proceso de recuperación de la vegetación nativa del cerro inició desde el año de 1998 con la estrategia pedagógica de llevar los estudiantes del colegio Cooperativo Antonio Villavicencio a realizar actividades de desyerbe, limpieza, siembra y mantenimiento de especies representativas como arrayanes, guadua, tunos y yarumos, entre otros. “El cerro era un área de potreros donde se inició progresivamente la siembra de especies nativas, las cuales fueron creciendo y con diferentes colaboradores de la comunidad se construyó una red de ciudadanos comprometidos por el medio ambiente, que se fueron encargando de realizar las jornadas de manejo y mantenimiento del cerro Redentor para cuidar el monumento de Cristo Rey”, recordó Nelson Vivas.El interés de conservar este ecosistema estratégico obedece a los diferentes servicios ecosistémicos que brida este lugar, ya que la Administración municipal es propietaria de dos hectáreas, en conjunto con la Gobernación del Meta, con cuatro, y dos hectáreas corresponde a la Arquidiócesis de Villavicencio, señaló Vivas.