Héctor y Estela son una pareja de esposos que tienen como propósito cuidar animales domésticos abandonados, heridos y discapacitados. Cada mañana se levantan juntos con el propósito de poder brindarles a los perros y gatos que tienen bajo su cuidado, el amor y el cariño que aún no han podido encontrar. La Fundación nació gracias a su hija Normita -como le decían de cariño-, que era rescatista y falleció en agosto de 2020 a causa del covid-19. El refugio hoy lleva su nombre como un homenaje a su trabajo incansable por aquellos que no tiene voz. ‘’Para mi es duro porque yo la acompañaba a ella a llevar, a recoger, a llevarlos a la veterinaria, porque yo vivía con ella ¿sí? Pero, yo ahora lo hago porque eso era lo que ella amaba’’, dice Estela Walteros, madre de Normita.A pesar de que la fundación nace a partir de la muerte de su hija mayor, en la casa de Héctor y Estela, se respira vida gracias a cerca de cuatro decenas de animales rescatados que hoy corren por los pasillos, en el patio, en los demás espacios adecuados para ellos en la casa.‘’Yo siempre la acompañaba a ella a recogerlos, porque a mí me tocó con ella unos casos durísimos y sobre todo que ella no dejaba que los durmieran, así estuvieran como estuvieran, entonces hemos seguido ese mismo lema”, revela Héctor Ladino, padre de Normita. “La felicidad es grande porque ellos –las mascotas- le muestran a uno mucho cariño, ellos son muy agradecidos’’, agregó Héctor. A esta pareja de esposos los une el recuerdo de su hija, el amor que ella les enseñó por los animales y las ganas de seguir ayudando y aportando a la construcción de una ciudad mejor y más digna para los animales. Su historia está disponible a través de las redes sociales de la Alcaldía de Villavicencio.