La obra es una herramienta de dignidad, verdad y reparación para las víctimas del conflicto armado. La puesta en escena, que nació por la necesidad de escuchar las voces de mujeres víctimas de la desaparición forzada de sus hijos, es una clara representación de resistencia, además de demostrar cómo, a través del arte y la cultura, se puede consolidar un ejercicio de reparación, justicia y paz total.“Las emociones son muy fuertes porque en el escenario mostramos que ese ser querido está representado en todas partes. Allá dejamos un mensaje de resiliencia, de que hablamos por muchas mujeres y víctimas del conflicto armado, y de que seguiremos luchando y haciendo memoria por aquellos seres queridos que ya no están”, expresó Imelda Ariza, madre buscadora y actriz de la obra ‘La vida de las ausencias’.Pero el compromiso con la difusión de este mensaje también es de los dirigentes, por eso, desde el gobierno municipal se han desarrollado una serie de acciones encaminadas a apoyar estos ejercicios de justicia y paz. En palabras del alcalde Felipe Harman, “hay una enorme conexión desde el corazón sobre la base de seguir motivando cambios y de seguir avanzando en estas iniciativas”. Y prosiguió el mandatario: “Hoy abrimos una frontera que nos dice que vamos por el camino correcto y que, desde que los hombres y mujeres llenos de dolor por lo que ha ocurrido en esta guerra, se levanten a diario con la posibilidad de soñar y de luchar, hay reparación. Para ustedes, todo mi reconocimiento y admiración profunda”.Desde el punto de vista de Lucas Fernández Castro, asistente a ‘La vida de las ausencias’ y quien también es víctima del conflicto armado, “esta obra abre la conciencia y ponen a las personas a reflexionar un poco sobre su rol en la vida y sobre su rol frente a los demás”.Y agregó que la obra muestra “al campesino que ha luchado por su familia, por su tierra y por sus animales, que desde el interior no desconozcamos esa lucha y que la memoria de nuestros muertos y desaparecidos siempre perdure en la vida de los que estamos aquí… por nuestros hijos y descendientes que merecen una tierra sana, próspera y limpia”.Así las cosas, las madres buscadoras se despidieron de Bogotá en medio de un teatro lleno, una ovación de pie que se extendió por varios minutos, pero, sobre todo, con la promesa de una ciudadanía comprometida con aportar a la no repetición de estos hechos violentos.