Fredy García es un ciudadano común, con una centena de historias increíbles por contar; niños y niñas que han entrado a su vida como parte de la labor social que realiza hace más de ocho años, los mismos que le ayudaron a encontrar su misión en la tierra. Recuerda que llevaba una vida algo desordenada y que conocer la historia de una niña con diagnóstico de VIH, lo hizo ver la vida de una manera diferente. A partir de ese momento empezó a interesarse por ayudar a niños y adolescentes con este tipo de diagnósticos y allí empezó ese camino que ha recorrido por casi una década. La fundación Funham nace una vez empieza a recibir más y más niños de distintos barrios de Villavicencio e incluso del departamento del Meta, allí cuenta con el apoyo de amigos que prestan sus servicios de manera gratuita para estar pendientes del estado de salud física y mental de los niños, además de los profesionales que devenga un sueldo. Actualmente tiene unos diez niños a su cuidado, comenta que estos niños se han convertido en sus hijos y cuenta con orgullo que una de ellas ya está en la universidad, lo que se ha convertido en motivo de orgullo para él y para las personas que han puesto un granito de arena para ayudarlo. ‘’Verlos correr por acá en el parque, verlos sonreír cada mañana, sentir ese grito de papá, te quiero… Me celebran los cumpleaños, me abrazan, me levantan cuando estoy caído’’, comenta Fredy.