Amy Becerra recorre los barrios de la ciudad los fines de semana, cargada de material educativo que ella misma construye a partir de sus conocimientos, así como de refrigerios y de unas ganas inmensas para que quienes asistan a sus clases de inglés gratuitas, puedan aprender todo lo que puedan. Esta estudiante de lingüística y filología en inglés de la Universidad Nacional de Colombia tuvo que regresar a Villavicencio a continuar con sus cátedras de manera virtual debido a la pandemia, lo que le dio un poco más de tiempo para empezar el proyecto personal que siempre quiso llevar a cabo, enseñar a otros. Acompañada de sus padres –en algunas ocasiones-, lleva a cabo sus clases a las cuales asisten alrededor de 20 niños -por motivos de bioseguridad-. Allí brinda asesoría en pronunciación, escritura, vocabulario y realiza ejercicios de construcción de textos para fortalecer lo aprendido. Amy cree firmemente que aprender un segundo idioma les abrirá muchas puertas a sus alumnos, así como a ella que, a través de clases personalizadas puede destinar su dinero a gastos universitarios y a su labor social; de igual manera, espera que algún día lo hagan quienes se han beneficiado de la misma. A esta joven universitaria no le ha tocado fácil –como lo asegura su padre- y es por esta razón quiere sembrar la semilla del interés en el aprendizaje y de la educación en general pues, está convencida que, es a través de esta valiosa herramienta que algún día habremos construido la ciudad y el país que soñado.