Hace un año en Villavicencio se estaba haciendo historia, nacía en la ciudad el Centro Materno Infantil (CEMI), un lugar diseñado para atender a la mujer en embarazo y a sus hijos, y hoy con cerca de 500 nacimientos se demuestra que se ha cumplido con ese propósito. El CEMI, ubicado en el barrio San José, en un lote que llevaba 14 años abandonado, y que era epicentro para el expendio de sustancias alucinógenas, pasó a convertirse en una oportunidad de desarrollo para el sector. Hoy el CEMI es para las madres de la ciudad un lugar para la vida, sin complicaciones, sin malos tratos y sin largas esperas. Por el contrario, es ideal para dar la bienvenida a sus bebés en compañía de su pareja o un familiar, si así lo desean por el servicio de parto humanizado que presta. Desde su apertura se cuenta con especialistas en ginecología y pediatría, acompañados de un grupo de profesionales médicos y de enfermería que hacen que todo el proceso. El CEMI, además, ofrece servicios como consulta externa, que superan 3.300 atenciones, más de 800 usuarios atendido en vacunación, cerca de 200 tomas de citologías y ecografía obstétrica que en un lapso de dos meses en servicio ha recibido más de 500 pacientes, entre otras. “Esta es una obra que nos genera entusiasmo y orgullo, convertimos un elefante blanco en un punto muy importante para la ciudad y a raíz de esto, todo el sector se ha ido transformando. La invitación es que trabajemos para que siga siendo un lugar para las madres, que cuidamos, usemos y valoremos”, añadió el alcalde Felipe Harman. Así no solo celebramos la vida, también celebramos un año de intenso trabajo, demostrando que el rescate de lo público es para la ciudadanía y que las obras son para su beneficio.
