JENNIFER GUERRERO: LA MUJER OBRERA QUE ESTÁ CONSTRUYENDO EL CENTRO INTEGRADO DE ATENCIÓN A LA MUJER

JENNIFER GUERRERO: LA MUJER OBRERA QUE ESTÁ CONSTRUYENDO EL CENTRO INTEGRADO DE ATENCIÓN A LA MUJER

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Jennifer Guerrero tiene 32 años, vive en el sector del Pinilla, nació en Villavicencio y aprendió el arte de la construcción desde muy pequeña porque les colaboraba a sus hermanos y a sus primos en los trabajos que hacían.Hoy, que lleva 10 años como ayudante de construcción, se siente orgullosa de ser la única mujer obrera entre 50 ayudantes que están construyendo el Centro Integrado de Atención a la mujer.«Ayudo a mezclar, a amarrar hierro y a carretillar. Las herramientas que yo utilizo son la pala, el bichiroque, la pulidora y manejo el trompo», cuenta Jennifer, quien añade que también hay que bultear cemento para hacer la mezcla, recoger escombros y fundir. El día de Jennifer inicia a las 5:00 de la mañana, cuando prepara el desayuno, alista a sus 6 hijos para dejarlos al cuidado de una vecina y pone en orden sus utensilios de trabajo, incluyendo la bicicleta que usa todos los días para llegar al trabajo.Acto seguido, pedalea más de 10 km desde el barrio Pinilla hasta la obra del Centro de Atención a la Mujer, donde lleva más de un año. «Ser obrera o ayudante de construcción no es para muchos, pero sí para muchas. Ser mujer no nos quita las condiciones que tenemos para afrontar diferentes labores», dice Jennifer. Sus 6 hijos, que tienen entre 18 y 4 años, son su motivación y motor de vida, y cuando llega a casa, después de pedalear otros 10 kilómetros de regreso, se concentra en su rol de madre y les ayuda a realizar las tareas de la escuela a los más pequeños.Una de las anécdotas que más recuerda Jennifer en sus 10 años como ayudante de construcción es una vez que realizaba cortes con la pulidora y se le atascó el buzo que tenía puesto, lo que por poco le causa lesiones en el abdomen. En ese momento, en lo único que pensaba era en sus hijos porque ella es la única fuente de sustento de su hogar.Ahora, en esta obra, dice que siente una cercanía especial porque sabe que va a ser un lugar que ayudará a las mujeres que necesitan atención y acompañamiento psicosocial. «A las mujeres que están sufriendo por maltrato, por violencia, les digo que no se queden calladas, que denuncien. Estamos construyendo una entidad para que la mujer reclame sus derechos y no se admita más maltrato ni violencia hacia nosotras mismas», finaliza Jennifer.

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