Wilterman Ariza Benito inició su camino en la cancha de arena de Ciudad Porfía hace 18 años. Como todos, comiendo polvo, con los sueños intactos de un niño que veía en el fútbol el camino para salir adelante.“Yo inicié en la escuela ‘Andrés Escobar’ del profesor Arley Peña, en ese entonces recuerdo mucho que teníamos que repartir el tiempo entre entrenar y sacar con baldes y cocas el agua que se posaba en la cancha por las lluvias”, recuerdó Wilterman.Y luego, “para llegar a la casa, tenía que entrar casi sin ropa porque le ensuciaba la casa a mi mamá, ahí entendí las necesidades que teníamos como barrio y nació mi iniciativa de entrenar y formarme como educador físico”, agregó.La iniciativa de generar nuevas oportunidades y espacios deportivos, según cuenta Wilterman, también nace de ver a jóvenes empezar a tomar malos pasos y decisiones en un sector al que por muchos años le fue negado un escenario digno y que siempre fue estigmatizado por la sociedad. “Inicié mi escuela Real Independiente el 28 de enero del 2008 con ocho niños y con dificultades y tropiezos salimos adelante. Hoy contamos con 150 niños y niñas que, al igual que yo, anhelábamos este complejo que hoy es una realidad gracias a esta Administración”, reconoce. Wilterman siente que esto también es un logro suyo, a pulso y a través del deporte se convirtió en un líder social deportivo de Porfía y por ende un líder de la cancha de arena o del peladero como él le decía al escenario en el que lleva forjando talentos y vidas más de 15 años. El complejo deportivo “nos cambió la vida, nos fortalece los sueños, las oportunidades y las ganas de seguir luchando por cambiar una sociedad a través del fútbol, la calidad deportiva que van a tener de ahora en adelante los niños y las niñas de este sector es algo que marcará un antes y un después en la historia de la comuna Nueve”, añadió.